CÓMO HACER UNA VELADA DE TERROR

Una velada de terror se refiere a una actividad de terror muy bien planeada y pensada en la que los monitores son los actores que la representan siguiendo un guion; el cual se adaptará a cada grupo de niños; de más mayores a más pequeños. En general estas actividades no están basadas en películas ni en hechos reales, sino en historias inventadas por los propios monitores o coordinadores de eventos. Aquí te detallaremos cómo organizar una actividad de este tipo en base a un buen ejemplo.

ORGANIZA LA HISTORIA Y EL GUION DE CADA MONITOR

Lo primero que tienes que hacer es pensar en una idea que pueda llamar la atención de tu público (niños, adolescentes) y posteriormente desarrollar un guion en el que cada monitor interprete a un personaje que pueda dársele bien para que la historia coja realismo.

En este caso ponemos el ejemplo de que un avión se ha estrellado con mucho pasajeros (niños) y al salir se encuentran en un planeta con muchos zombies (monitores) que quieren devorarlos. Para ello los niños deberán seguir el mapa de un piloto superviviente para encontrar las piezas y reconstruir el avión para escapar del planeta. Por el camino los monitores siguiendo su guion asustarán a los niños y les contarán diferentes historias para que puedan escapar; así como pistas o pruebas de miedo. Debes tener en cuenta que te tienes que meter mucho en el papel para que los niños se metan en la historia y la vivan como si fuese real.

ADÁPTALO AL GRUPO

Cuando organices una velada de terror pensarás en que sea muy terrorífica pero debes tener en cuenta que el público en su mayoría serán niños; así que tendrás que infantilizarla de alguna manera. Por ejemplo en una parte de este guion uno de los monitores da de comer dedos humanos a los niños y solo aquellos que se lo coman podrán escapar de la habitación. Todo esto acompañado de una conversación aterradora y con disfraces de terror para darle más juego. Si los niños son muy pequeños puedes infantilizar tu actuación y emplear gominolas graciosas como fresas o cerezas para sustituir a esos dedos humanos de los que se habla. Si son más mayores ya puedes emplear gominolas que se asemejen a los dedos humanos.

USA OBJETOS Y DISFRACES PARA DARLE TENSIÓN

Durante la actuación asegúrate de que puedes emplear objetos para que el grupo se meta mucho en la historia y sientan adrenalina. Por ejemplo disfraces de terror para cada monitor, pintarse las caras, usar un coche o furgoneta como avión de viaje, animales de miedo colocados en diferentes puntos por los que se desarrollará la actividad. Recuerda que el objetivo no es aterrorizar a los niños, sino que ellos sientan miedo escaso y adrenalina por superar la prueba. Además si se disponen de los objetos necesarios que hay que recuperar para reconstruir el supuesto avión va a ser mucho más emocionante para los niños, ya que podrán interactuar con los objetos como si estuviese pasando de verdad.

PRÁCTICA LA ACTIVIDAD

Estas actividades suelen ser muy complejas sobre todo si es la primera vez que las haces, por lo que debes tener muy clara cuál es tu función y hacerla bien y adaptada a cada grupo. Un monitor que conozca muy bien la actividad se queda con los niños, mientras que los demás monitores hacen una práctica rápida de su guion para que llegada la hora de la actividad no salga mal. Aparte la noche suele desorientar más y nos podemos perder. No hace falta que te aprendas el guion de memoria, simplemente que sepas por donde tiene que ir la historia y que sepas improvisar.

QUÉ HACER SI UN NIÑO LO PASA MAL EN LA ACTIVIDAD

Antes de realizar la actividad tendremos que preguntar qué niños quieren hacerla y cuáles no. No será una actividad obligatoria porque muchos de ellos lo pueden pasar mal y coger pánico a dormir solos, andar de noche… En el caso de que un niño empiece a tener miedo durante la actividad, no podremos esperar a que termine ya que puede ser demasiado tarde y puede coger un miedo peligroso. Uno de los monitores sigilosamente le sacará de la actividad para que este imprevisto no interfiera en la diversión de los demás.

Posteriormente hablaremos con el niño sobre qué es lo que le ha asustado y por qué no se ha sentido cómodo durante la actividad. Si vemos que llora y coge algún miedo podemos llamar a sus padres para ver que nos pueden aconsejar o simplemente podemos entretenerle hasta que se le pase. A las malas podemos acogerle en nuestra habitación para que se sienta protegido por un adulto; ya que los niños suelen identificarnos como los padres de los campamentos de verano y haces su función como tal.

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